La Catrina

Mi nombre es “Calavera Garbancera”, nací en 1912, y mi papá es José Guadalupe Posada, un grabador, pintor y caricaturista mexicano, como todo ser humano tenía que trabajar para vivir  y muchas veces obedecía a las necesidades del régimen de Porfirio Díaz; pero tenía su lado rebelde y por ello surgen sus calaveras, mis hermanitas, que según lo que menciona Ramírez-Barradas (2015), son una clara muestra de humor negro, ironía y burla a las reglas morales impuestas por ese régimen y las personas que no eran “catrinas”, de inmediato se identificaron con nosotras,  porque retratábamos la vida cotidiana de los de abajo: calaveras alcohólicas, bailadoras, revolucionarias y hasta violentas.

Al inicio, yo reflejaba a las personas que lograron un lugar en la sociedad y negaban sus raíces, ya fueran indígenas o de cuna pobre y adoptaban la moda europea, pero, Diego Rivera me descubrió y me convirtió en una estrella, como las de TV, en una representación simbólica y burlona de lo costumbrista, de lo políticamente correcto, me incluyó en su obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, en donde representé una mujer que iba del brazo de un hombre rico; y déjame decirte que, a las personas con mucho dinero en el México de 1947, les llamaba “catrines”, y desde ese momento se me apodó “La Catrina", nombre con el que se me conocen actualmente en casi todo el mundo, por eso soy un símbolo de la cultura mexicana y del día de muertos.

Fuente:
Ramírez-Barradas (junio-julio 2015), H. Mujeres asesinas en los grabados de José Guadalupe Posada. Revista destiempos Año 9. #45.

Comprar producto aquí.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *